La vulnerabilidad de Europa es extrema sin el paraguas nuclear y militar de Estados Unidos (La Razón)

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Europa enfrenta una situación de extrema vulnerabilidad debido a la disminución del compromiso de Estados Unidos con la OTAN bajo la administración de Donald Trump. La voluntad política estadounidense respecto a la Alianza Atlántica está en mínimos históricos, generando dudas sobre su continuidad. Actualmente, tanto la OTAN como la Unión Europea y Ucrania están excluidas de las negociaciones directas que Trump mantiene con el presidente ruso, Vladímir Putin, lo que refleja un nuevo orden mundial dominado por las grandes potencias.

La dependencia de Europa del paraguas nuclear y militar de Estados Unidos es evidente. Sin este respaldo, la seguridad del continente se ve comprometida, especialmente ante la amenaza que representa Rusia. La falta de una política de defensa común y la ausencia de una fuerza militar europea autónoma agravan esta situación. Aunque Francia posee un arsenal nuclear, su capacidad es limitada en comparación con la de Estados Unidos y Rusia, y no existe un mando operativo europeo integrado que garantice una defensa eficaz.

La fragmentación y la falta de integración en la defensa europea son desafíos significativos. Aunque el gasto conjunto en defensa es considerable, la dispersión entre múltiples países reduce la eficacia en la generación de capacidades militares. Esta situación conduce a duplicidades innecesarias, falta de interoperabilidad y carencias en medios esenciales, áreas en las que tradicionalmente se ha confiado en Estados Unidos.

Ante este panorama, es imperativo que Europa tome medidas decisivas para reforzar su autonomía estratégica. Esto incluye el desarrollo de una política de defensa común, la inversión en capacidades militares propias y la reducción de la dependencia de Estados Unidos. Solo a través de una integración y cooperación más estrechas en materia de defensa podrá Europa garantizar su seguridad y estabilidad en el escenario geopolítico actual.